19 feb 2013

Volver al trabajo después del Embarazo

Una vez que decides tener un hijo, la próxima decisión más difícil que tomarás probablemente sea volver al trabajo. Muchas madres no tienen alternativa y deben volver al trabajo por necesidad económica. Quienes sí tienen alternativa pueden encontrarse atrapadas entre volver a trabajar tiempo completo o medio tiempo; o quizás se pregunten cuánto tiempo deben esperar para volver a trabajar. 

Cualquiera sea el caso, intenta planificar con tanta anticipación como sea posible. Si necesitas volver al trabajo al poco tiempo de nacido el bebé, comienza tu planificación durante el embarazo. Adaptarse a ambos roles de madre o padre y de quien debe salir a trabajar lleva tiempo. Y siempre que el tiempo no alcanza para lograr todo lo que planeas. En su libro La mujer que trabaja, la madre que se preocupa, el Dr. Sirgay Sanger y John Kelly definen la satisfacción en este rol como el grado de felicidad o de infelicidad que una mujer siente por ser madre trabajadora. Sus estudios revelaron que la disconformidad de algunas mujeres no se debía a la ambivalencia o el conflicto entre trabajo y maternidad, sino más bien a que estas mujeres no habían todavía aprendido a organizar su sistema de ayuda o a estructurar sus tiempo con más eficacia. 

Pensar en los siguientes temas puede ayudarte a pasar la transición de volver al trabajo más fácilmente y con menos estrés.. 

  Buscar ayuda 
 
  Administrar tu tiempo 
 
  Elegir un jardín maternal 
 
  Decidir cuándo volver a trabajar 
 
  Apartar tiempo para ti misma 


Buscar ayuda 

Durante el embarazo, comienza a pensar acerca de los sistemas de ayuda que tendrías disponibles si o cuando vuelvas a trabajar.
  • Si eres parte de una familia con un padre y una madre, asegúrate de que tu esposo esté de acuerdo con tu decisión de volver a trabajar. Planteen las presiones que implican las tareas de cada padre y cómo van a lidiar con ellas.
  • Si eres madre sola o padre solo, necesitarás buscar a otros adultos que puedan brindarte tranquilidad y consuelo. Tu hijo también necesitará de otros adultos para formar un sentido de familia y que le sirvan como fuentes alternativas de consuelo. Este sistema de ayuda los beneficiará a ti y a tu hijo de muchas maneras durante toda su niñez, no sólo en asuntos relacionados con el trabajo.
  • Obtén la colaboración de tu empleador. Tu supervisor debe reconocer que, sin importar cuánto te guste tu trabajo y cuán valiosa te considere, tu hijo ahora es tu primera prioridad. Habla con él o ella para rever de qué manera el lugar de trabajo puede adaptarse a tu nueva función. Investiga qué flexibilidad de horarios de trabajo puedes lograr y las políticas de tu compañía sobre temas como licencia por enfermedad, licencia familiar y vacaciones.
  • Busca el respaldo que te permita seguir amamantando una vez que hayas vuelto al trabajo. Aunque ésta pueda parecer una tarea más, puedes sentir gran satisfacción al dar a tu bebé la mejor nutrición posible. También es muy gratificante llegar a casa después de trabajar y pasar este rato especial con tu bebé mientras lo alimentas. Averigua si hay algún lugar privado en tu trabajo para sacarte leche con una bomba y un lugar para almacenarla. Intenta volver a casa en tu hora de almuerzo para amamantarlo, si es posible.
  • Investiga qué ayuda puedes obtener de los abuelos, otros familiares o amigos que vivan cerca y puedan ayudarte con poca anticipación, especialmente cuando el bebé se enferme.
Administrar tu tiempo
Aun cuando cuentes con ayuda y todos tengan buenas intenciones, una familia con padre y madre o una familia de un solo padre debe enfrentar problemas prácticos que no surgen en otras familias. Todos los días ambos padres pueden sentirse tan divididos entre las obligaciones familiares y las de su carrera que casi no tienen tiempo para una vida social o para disfrutar estar juntos. Ambos deberían cooperar con las tareas de la casa y las responsabilidades del cuidado del bebé para que uno solo no termine haciendo la mayoría del trabajo y sintiéndose mal por ello. Los padres (madre o padre) que están solos no sólo tienen que cumplir con todas las tareas diarias de la crianza de un hijo y mantener la casa, sino que también muchas veces son los únicos que deben quedarse en casa u organizarse de forma alternativa cuando el bebé se enferma. 

A continuación, encontrarás algunas sugerencias para aprovechar tu tiempo en forma más eficaz:
  • Planea las comidas por adelantado y simplifícalas. Prepara varias porciones de un plato principal y congélalas.
  • Para ahorrar tiempo en la mañana, elige la ropa tuya y la del bebé la noche anterior.
  • Planifica las actividades de la semana en relación con el transporte. ¿Quién irá a buscar al bebé del jardín maternal? Planifica contactar a quienes puedan cuidar al bebé o a niñeras que podrías necesitar durante la semana.
  • Ordena las tareas de la casa por prioridades. Quizás todo lo que hacías antes de tener un hijo no es necesario hacerlo con tanta frecuencia. Comparte las tareas de la casa y los mandados con tu esposo, y, a medida que crezcan tus hijos, inclúyelos en las tareas simples. Si todos en la familia dan su ayuda, entonces el tiempo que comparten juntos es mayor y mejor.
  • Acepta los ofrecimientos de ayuda. Pide a familiares y amigos que te ayuden con tareas específicas, y explora las maneras en que puedes compartir tareas, como las compras y el transporte.
  • Intenta guardar parte de tu licencia por enfermedad para poder quedarte en casa cuando tu bebé se enferme.
  • Todos los días guarda un tiempo para pasar con tu hijo en que sólo él tenga tu atención: cuando no estás pensando en el trabajo, ni en la ropa para lavar ni en la cena. Esto debería ser además del tiempo dedicado a las rutinas tales como bañarlo y alimentarlo. Incluso un pequeño niño puede darse cuenta cuando su madre está distraída y no se conecta realmente con sus necesidades y pedidos. Lo más importante es que mantengas tu flexibilidad y tu buen humor; de lo contrario, no superarás las emergencias o los momentos de estrés.
Elegir un jardín maternal
Las madres que trabajan se inquietan por el tiempo que pierden junto a su hijo, por perderse los hitos importantes, por la separación con su hijo y la ambivalencia acerca de los lugares que ocupan. La dificultad que sientes al separarte de tu bebé puede ser el mayor obstáculo que debas superar. Las madres pueden necesitar al bebé más de lo que sienten que el bebé las necesita a ellas. Las madres también pueden sentir celos de quien cuida a su bebé. Debes estar preparada para estos sentimientos, que son reacciones normales, y aprender a separar tus propias necesidades de las inquietudes acerca del bienestar de tu hijo. 

Una preocupación principal para las madres que trabajan fuera de su casa es contar con un jardín de cuidados para sus hijos que sea bueno, confiable y que puedan pagar. Aprovecha esta lista como guía para elegir la mejor situación para ti y tu hijo.
  • Dedica mucho tiempo a seleccionar el jardín para tu hijo.
  • Realiza varias visitas en momentos diferentes.
  • Haz preguntas a las personas a cargo del jardín maternal y verifica sus referencias.
  • Mantente en contacto con el personal del jardín y pide que te informen diariamente acerca de tu bebé: sus rutinas, cualquier nuevo logro alcanzado, sus buenos y malos momentos, etc.
La mayoría de las personas coincide al considerar que los primeros años de vida son muy importantes para moldear la personalidad de un niño, pero esto no significa que los padres sean los únicos que vayan a hacerlo. El mundo de un niño se ve enriquecido si las personas que lo cuidan lo hacen con cariño y sensibilidad. Un jardín maternal ideal es aquel que da tanta importancia a las necesidades de las madres como a las de los hijos. 

Decidir cuándo volver a trabajar 

Si puedes elegir cuándo volver a trabajar, sería ideal hacerlo después del primer o segundo año de vida de tu hijo. Durante el segundo y tercer año, un niño puede manejar las situaciones con sus compañeros de juegos o en un grupo mejor que cuando es más pequeño. Si debes volver a trabajar antes de finalizar su primer año, la situación ideal sería que la madre y el padre trabajen medio tiempo o cuenten con alguien que cuide al bebé en casa. Esto es tan importante para el desarrollo de los padres como para el del niño. 

Si no pueden quedarse en casa durante un año, intenten quedarse al menos unos tres o cuatro meses para que se forme un firme apego entre los padres y el niño y se establezcan patrones de cuidado. Apego es el término que se utiliza para describir el lazo especial que se forma entre una madre o un padre y su hijo. Apego es lo que hace que un niño se sienta amado y seguro. Cuando un niño tiene 3 meses, la mayoría de los padres y sus bebés ya han formando una relación de seguridad. El bebé de 3 meses está preparado para nuevas experiencias y para nuevos niveles de interacción en los cuales puede tener algo de control, y es probable que pueda aceptar quedar al cuidado de otra persona. Además, hacia los 4 meses, la mayoría de los bebés ya duermen durante períodos más largo de noche, la fatiga y la tristeza maternales post-parto se han resuelto en gran medida, y los períodos de llanto ininterrumpidos tan comunes los primeros tres meses, en general, han disminuido. 

Para cuando un bebé tiene 3 ó 4 meses, la mayoría de las madres también se sienten más seguras de sus capacidades maternales. ¡Saben que la sonrisa de su niño es para ellas! Lo que los bebés dan a sus padres es tan importante como lo que los padres dan a sus bebés. 

Antes de volver a trabajar, tómate tu tiempo para prepararte y que la familia esté preparada para afrontar este cambio. Comienza a trabajar medio tiempo, si es posible. Intenta planear tu regreso al trabajo de manera que el estrés sea mínimo. Tu regreso, de ser posible, no debería coincidir con ningún otro gran cambio en la familia, como una mudanza o un cambio de escuelas, o una crisis personal, como una enfermedad o una muerte en la familia. 

Apartar tiempo para ti misma 

Aun con esta abrumadora lista de cosas por hacer ahora, debes seguir teniendo en cuenta tus propias necesidades, así como las de tu esposo y las de tu hijo. No podrás hacer las cosas bien en casa o en el trabajo si no tienes algo de tiempo para ti misma, aunque sólo sean 10 minutos por día para tomar un baño caliente. Cuando estás en el trabajo, intenta tomarte descansos - quizás haz tu trabajo un poco más pausado de manera de estar preparada para las exigencias que te esperan en casa. Cuando estés estresada, intenta descargar esa tensión antes de llegar a casa. 

No te olvides de las otras relaciones importantes que tienes. En las familias con un padre y una madre, debes dedicar tiempo a tu pareja - lo que resulte realista para tu situación. Las madres o padres solos deben esforzarse más para cultivar relaciones con otros, pero hacerlo es fundamental para mantener una vida emocional saludable. 

Finalmente, mantén expectativas realistas respecto de ti misma y de tu hijo: tú eres una sola persona y el día tiene sólo 24 horas. Intenta no compararte con otras mamás que veas que parezcan lograr más cosas que tú. Cada hijo es diferente y especial. Intenta no compararlo con tus sobrinos que dormían toda la noche a las 2 semanas de nacidos o con el hijo de tu mejor amiga que casi nunca llora. Sólo haz lo mejor que puedas y dedica tiempo para disfrutar a tu hijo todos los días. Y no olvides abrazarlo y besarlo, aun cuando estés exhausta; eso te dará fuerzas.

Fuente: http://www.pampers.com.ar/la-Madre-Despues-del-Parto

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